Vamos a emprender un viaje largo en coche, de Barcelona a Estocolmo. Es la
primera vez que vamos allí, la ruta es terreno desconocido para nosotros. nosotros. Por ello
necesitamos una estrategia que nos lleve rápidamente y sin accidentes a
Estocolmo.
El mapa nos ayuda: desde el centro de Barcelona nos dirigimos hacia la
AP-7 tomando primero la B-10. Pasamos por Girona y continuamos en Francia por
la A9 y más adelante por la A7. El mapa nos dice claramente que autopistas y calles
hemos que utilizar y define las etapas: Lyon, Luxemburgo, Colonia, Hamburgo, y
Copenhague. Si es un buen mapa online también nos orienta cuánto vamos a gastar
en gasolina y peajes.
Las startups también emprenden un viaje largo y van por terreno desconocido.
Para preparar su viaje elaboran un plan de negocio. Desgraciadamente
desaparecen muchos de estos planes de negocio pronto y para siempre en
archivadores físicos o electrónicos. La razón es que no sirven de apoyo en la
ejecución de la estrategia.
Son como un mapa sin calles en el que aparecen
Copenhague, Luxemburgo, Girona, Hamburgo, y Lyon en este o cualquier otro
orden sin conexiones. En algún plan de negocio también encontramos Londres o
Praga como propuestas de objetivos de etapas, o sea contenidos que no aportan
nada al exitoso desarrollo de la nueva empresa.
Un buen plan de negocio define sus objetivos estratégicos y operativos en base a
variables interrelacionadas y relacionadas con clientes, productos, tecnología, y el
mercado entre otras. En consecuencia deducimos los recursos (gasolina) que
necesitamos y costes (peajes) que hemos de afrontar para alcanzar nuestros
objetivos. El plan financiero concluye el plan de negocio y lo expresa en formato
numérico.